Narra Nicole.
Vale. De
momento todo va sobre ruedas. He salido de la barra con seguridad y
decisión. El objetivo está fijado y no pienso detenerme ni por un
segundo. Si lo hago,soy capaz de echarme atrás. Y de sobra sé que
tengo los ojos del encargado y del resto de los camareros clavados en
mi espalda. He notado al acercarme que la piernas comenzaban a
temblarme,pero todo está en mi mente,y con ella he detenido tales
temblores. Me juego mucho en esto y no pienso cagarla. Sólo son
clientes,sólo clientes. Me lo repito cada minuto intentando
creérmelo,y al final,creo que lo he conseguido. Ya sólo veo al
guapísimo Joey Fontana y al adorable Andy Lorens como dos amigos que
han venido a tomarse algo a la cafetería. ¿Mi motivación?Soy la
mejor camarera del mundo y tengo que mostrárselo a los demás.
¿Quién sabe? Tal vez después de esto,me saquen de la cocina y deje
de apodarme como la chica-estropajo. Eso sería sencillamente
perfecto.
Joey Fontana
ya ha hecho su pedido. Lo repito como una buena camarera a la vez que
lo apunto en la libreta con total profesionalidad.
- Descafeinado con nata,¿no?
Lo miro a la
espera de su confirmación. Él de pronto esboza una gran sonrisa y
una cara de bobo de las que sólo se ven en las telenovelas de media
tarde.
- Sí,has dado en el clavo. Tu...memoria es prodigiosa.
Eso me
descoloca totalmente. ¿Se está riendo de mí? Sí,claro que lo está
haciendo. Estas engreídas estrellas de los medios,son todas iguales.
Se creen estar por encima de todos y de todo. Pues ya te adelanto que
por encima mía sólo está el cielo.
- Ajá.- Contesto con voz seca.- ¿Y tú,qué vas a pedir?
Contemplo con
placer cómo los dos chicos se miran desconcertados.
- Yo...tomaré un té helado,gracias.
Lo dice mucho
más cortado que Joey,y yo me alegro. No está mal que de vez en
cuando te bajen un poco los humos. Pero que nada mal.
- En seguida les traigo sus bebidas.
Narra Andy.
Madre mía.
Cómo se las
gasta esa chica. Fría como un témpano de hielo.
Aunque,todo
hay que decirlo,Joey no ha estado muy fino con ese...¿piropo?
Bueno,vale,ha estado totalmente ridículo. Admito que cuando le he
propuesto el reto de conquistar a una chica,estaba bastante
convencido de que lo conseguiría. Sin embargo,guardaba la ligera
esperanza de que ella se lo pusiese un poco difícil,y así ha sido.
La suerte me ha sonreído a mí. Y auguro que me lo voy a pasar muy
bien esta tarde viendo como mi amigo le tira la caña a la
camarera,que además,curiosamente,es más o menos de nuestra edad. Al
menos,eso aparenta.
Cuando me
telefoneó este mediodía Dean pidiéndome que sacase de casa a
Joey,estaba compartiendo un momento romántico con mi chica,Emma. La
quiero muchísimo y me apetecía pasar todo el día a su lado,porque
es donde mejor me siento. Pero,¿cómo dejar tirado a mi colega? Si
yo estuviese como él,también necesitaría a un amigo que me
distraiga de mis penas,que ignoro cuáles son,la verdad. Así que no
lo dudé ni un momento. En cuanto acepté,fui a disculparme con
Em,pero ella lo comprendió de inmediato,y eso es lo que más me
atrae de ella,su madurez y su tranquilidad,estabilidad. Necesito a
alguien así en mi vida. Y espero de corazón que Joey también
encuentre a su Emma un día de estos.
- Tu memoria es prodigiosa.- Lo imito.- ¿En serio,Joey?¿En serio?
Él se vuelve hacia atrás y contempla
a la camarera desaparecer tras la barra. Sólo entonces se da la
vuelta y me confía algo en voz baja.
- Se está haciendo la dura. Está claro.
- Lo que está claro es que no tienes ni idea de cómo ligar.
Joey
pasa de mí totalmente. Sigue pendiente de la camarera y sus
movimientos. Está vuelto de nuevo de espaldas. Pobre chico se va a
pegar el batacazo del siglo. En un determinado momento se gira con
rapidez y susurra de forma desproporcionada y nerviosa.
- ¡Ya viene!¡Ya viene! Ahora verás.
No me hace falta esperar. Ya veo con
claridad lo que va a pasar.
Narra Nicole.
Regreso portando en una mano
gracilmente los dos vasos,en uno en café y en el otro el té. Ya
queda menos. Sólo tengo que depositar las bebidas en la mesa y
desaparecer de allí. Luego les traigo la cuenta,recojo su dinero,los
acompaño a la salida,y ya está. Se acabó. No parece tan
complicado. No lo es.
Me acerco a la mesa,y ya me encuentro
a ese Joey
sonriendo incansablemente. Hago lo acordado.
Dejo la bandeja en la mesa y le entrego a cada uno su pedido. Andy
sólo me agradece mis servicios. El problema viene cuando llegamos a
Joey.
Este chico no me lo va a poner nada fácil. Se adelanta a mis
movimientos y agarra la taza a la vez que yo. Nuestras manos entran
en contacto y yo la aparto de inmediato. ¿Os he dicho ya que no soy
muy dada a intercambiar caricias con desconocidos?Ni aunque el
desconocido sea el mismísimo Joey Fontana. Menuda pérdida de
tiempo. Lo que no tiene desperdicio es su fingida y notable reacción.
- ¡Upps! ¿No te habré incomodado?
Ignoro esa estúpida pregunta,porque
la solución está lo bastante clara como para que él pueda pillarlo
con facilidad. Si aparto la mano,será por algo. Digo yo,vaya. Me
percato de que todo esto no tiene pinta de acabar. Y si lo hace,no
será bien. Ni para mí,ni para él. Así que,antes de que haga o
diga algo de lo que pueda arrepentirme, más tarde me apresuro por
recoger la bandeja,pero con las prisas,hago gala de mi patosidad. La
bandeja resbala entre mis dedos de mantequilla y se precipita al
suelo. Puedo notar cómo el encargado me fulmina con la mirada desde
la barra. Me la estoy jugando,y esto lo voy a pagar caro. Mejor será
que recoja la dichosa bandeja y desapaezca de aquí cuanto antes. Por
desgracia,el chico es más rápido,y no se da por vencido. Tras un
nuevo intercambio de miradas con Andy,el incansable,o pesado,como
queráis llamarlo,vuelve a la carga. Se agacha a la vez que yo y
hace amago de revivir la típica escena romántica de película en la
que los dos enamorados chocan recogiendo lo mismo al mismo tiempo.
Éste tiene más cuento que yo incluso.
- Déjame que te ayude.
Me lo dice con una sonrisa atontada en
los labios. Sin embargo,al ver que no le hago ni caso,practicamente
me arrebata la bandeja de las manos. Las mejillas me arden furiosas.
Bueno,esto ya es el colmo.
- Déjame tú a mí hacer mi trabajo tranquila.
Recupero MI bandeja de un tirón. Todo
ello provoca en Andy una carcajada que no parece tener fin,y
personalmente,termina de sacarme de mis casillas. ¿Es que estos dos
se han propuesto acabar conmigo esta tarde? Es decir,¿se aburren y
para pasar el rato se dedican a conseguir que inocentes chicas sean
despedidas? Yo flipo,y lo digo en serio.
Mientras,Joey
me mira asombrado. No necesito más para saber que no se esperaba ni
por asomo mi tosca respuesta. Es obvio que no está acostumbrado a
este tipo de reacciones de la gente hacia él. Y posiblemente,yo no
habría actuado así si él no me hubiese buscado las cosquillas tan
descaradamente. Nadie juega con mi empleo y mi sueldo.
- Lo...lo siento.- Balbucea avergonzado.
Me provoca una ternura incontrolable
esa disculpa por su parte. Como la que siente una madre por su hijo,o
algo así,imagino. No obstante,mi aún reciente arranque de ira
supera ese sentimiento de cariño,de modo que ni le contesto. Me
pongo en pie,dejándolo a él tirado en el suelo con una cara
bastante de empanado bastante graciosa. Y me marcho,con la cabeza
bien alta,aunque sé que esta sensación durará poco si al final
termino siendo despedida.
Narra Joey.
La veo marchar,contonearse
victoriosa,pavoneándose de haber dejado sin palabras a la estrella
Joey Fontana. No puedo hacer nada por impedírselo. Literalmente. No
puedo hacer nada. Estoy sentado en el suelo,y soy incapaz hasta de
cerrar la boca de la impresión que me ha causado todo lo sucedido.
Sé que debo de estar ideal para que los paparazzis me saquen una
foto. Seré portada de todas las revistas y periódicos de la
capital. Qué desastre. Para una vez que salgo de casa con el simple
objetivo de tomar un café,imagínate que la opinión pública me
viese de esta guisa. Qué va,debería evitarlo a toda cosa. Pero,lo
dicho,no puedo hacer nada. Por suerte,Andy está a mi cuidado,y
siempre ha sido el más responsable e implicado de mis amigos. Se
agacha junto a mí,y puedo ver que aún le quedan ganas de reír.
- Venga,tío. Siéntate en el sofá,como las personas.
No puedo. Ahora mismo los músculos no
me responden. Ni ninguna otra parte de mi cuerpo. Están todos
ocupados en otro asunto.
- ¿Lo has visto?¿Has oído lo que me ha dicho?
Lo musito,pero mis palabras no van
dirigidas a nadie en especial. Es casi como si hiciese pública mis
reflexiones,al aire,para que quien quiera,pueda darme su opinión. De
todas formas,Andy se lo toma como una pregunta personal,me agarra del
brazo y me levanta.
- Sí,lo he oído...Podrías poner un poco de tu parte,¿eh?No tienes precisamente el peso de una pluma,que digamos.
Sigo absorto en mis cavilaciones
mientras Andy logra sentarme en el sofá.
- No es de las fáciles. Tendré que usar mi último recurso. Pero con eso bastará de sobra.
- Joey,creo que deberías dejarlo...Esta chica no parece...
- ¡Que sí,que sí!¡Tú mira y aprende!
Narra Andy.
Ay,no. Ay,no.
No irá a hacer lo que estoy pensando.
Es un completo suicidio. No hace falta ser un genio para darse cuenta
de que Joey
no se ha topado con la chica indicada. Sin embargo,sí hace falta
ser batante cabezota para no verlo con la claridad con la que lo
vemos el resto. Y si hablamos de cabezonería,mi amigo está perdido.
Joey
se pone en pie y se aproxima a la barra con andar seguro y relajado.
Cualquiera diría que le acaban de dar el corte de su vida. Debería
ir con él,para ayudarlo en la medida de lo posible y prestarle mi
apoyo. Pero como me gusta más ver un buen espectáculo desde la
distancia de seguridad,permanezco sentado en mi asiento,atónito. No
podría evitarlo aunque quisiese.
Desde mi posición puedo apreciar que
la camarera impetuosa está hablando con el encargado. No parece una
conversación muy agradable. Al final,la intervención de Joey
va a ser necesaria,porque en cuanto los dos lo ven llegar,enmudecen y
lo reciben con sendas sonrisas. Estoy seguro que la de ella es
completamente forzada.
Estoy sumido en mi papel de
comentarista cuando comienza a sonar mi móvil desde el bolsillo
derecho del pantalón. Lo extraigo sin perder detalle a lo que sucede
en la barra. Es Dean. Querrá saber cómo va la cosa. Lo
descuelgo,pero no tengo intención de hablar. No ahora,que está la
cosa tan emocionante.
- Te llamo cuando termine el último acto.http://www.youtube.com/watch?v=OPYc8KlTlNI
No hay comentarios:
Publicar un comentario